viernes, 21 de junio de 2013

AMO LAS COSAS SENCILLAS

Amo las cosas sencillas
que apenas cuestan dinero,
ser en un tren pasajero,
ver crecer a las semillas
y saltar a las ardillas.

Converso por el sendero,
en búsqueda de virtud,
con Dios al que hablo de tu
pues no siendo un Dios severo
al no temerle, le quiero.

Y él a veces me responde
o al menos así lo pienso,
no penséis que vierto incienso
pues el eco no se esconde,
y me pregunta que a dónde.

Que hacia dónde me dirijo,
dónde encamino mis pasos,
agua bebida en mis vasos
resolviendo el acertijo
del que ya tiene un plan fijo.

Y es cierto Señor, lo tengo,
tengo la vida reglada,
tengo el puerto y la posada,
austero yo me mantengo
y nada no mio retengo.

Tengo  paz y tengo un huerto,
tengo el sosiego y la calma,
tengo el bien dentro del alma,
tengo el horizonte abierto
y un Edén que fue desierto.

Y en esta noche estrellada
sin saber lo que me resta,
sin haber previa protesta
veo mi vida abocada:
¡A sumergirme en la nada…!